martes, 21 de octubre de 2008

El mejor ecuatoriano



EL MEJOR ECUATORIANO DE TODOS LOS TIEMPOS

George Perdomo/Escritor.

El General Eloy Alfaro Delgado resultó elegido como “el mejor ecuatoriano de todos los tiempos”, mediante una votación popular que llevó a cabo un canal de televisión, durante cuatro meses se recopilaron las votaciones de los televidentes y los resultados se dieron a conocer en una magnifica ceremonia celebrada en el teatro Sucre de la ciudad de Quito.
Don José Eloy Alfaro Delgado, nació en Montecristi (Manabí) el 25 de Junio de 1842. Su padre fue Don Manuel Alfaro, republicano español natural de Cervera del Río Alhama en la Rioja, llegó al Ecuador en calidad de exiliado político; su madre fue Doña Natividad Delgado López nacida en Montecristi, lugar enclavado en la provincia costeña ecuatoriana de Manabí. Era una mujer de un concepto superior en los comportamientos esenciales de la vida. 
Don Manuel y Natividad lograron formar una familia respetable. El 25 de Junio de 1842 nació Eloy Alfaro Delgado, de recia voluntad y temple. Alimentada por una adecuada formación familiar que combinó con equilibrio el ímpetu y el freno. En aquellos años, en el Ecuador los particulares eran los que impartían la enseñanza. El estado no la había seleccionado como la más importante función de la sociedad.
Un maestro contratado en Europa viajó a Montecristi y especializa al joven Eloy Alfaro, luego junto a su padre emprende viaje del Pacifico al Atlántico, surcan el mar de las Antillas. Se entregan al comercio de sombreros de Jipijapa y Montecristi.
Se casó con la señora Ana Paredes Arosemena de nacionalidad Panameña y de esa unión les nacieron nueve hijos.
En aquellos tiempos el Ecuador sufría una situación de grandes dificultades por culpa de los gobiernos que se habían sucedido desde la creación del estado ecuatoriano y cuya excepción fue sin lugar a dudas Don Vicente Rocafuerte.
1ª.- La pobreza y la subestimación del trabajo.
2º.- Menos del diez por ciento de la población sabía leer y escribir.
3º.- Pobreza de cultura política que engendra negación de principios y adelantos
4º.- ausencia de relaciones con mejores ideas fuera de las fronteras patrias, lo cual crea un aislamiento intelectual.
Alfaro forma parte de un levantamiento popular en el año 1863, en el camino de Manta a Montecristi, al frente de labriegos, derrota a una compañía artillera enviada desde Guayaquil. El Gobernador de Manabí, Francisco Javier Salazar trata de capturarlo, pero recibe una lección de respeto, cuando rodeaba su casa y ya detenido, uno de los atacantes intenta lancearlo, lo que Alfaro impide con energía.
En medio de una reinante incomprensión embarca desde Manta hacia Panamá
Luego se traslada hacia Perú. Hombres de negocio le brindan ocupación en Lima; en aquel país no deja de pensar un solo instante en su deber con la patria que llegó a convertirse en una perenne necesidad para su alma.
En 1865 se encuentra seriamente involucrado en los acontecimientos de la expedición que tiene trágico fin en Jambelí. Es traicionado y ese motivo es la causante de la derrota rebelde, pero sembró seriamente el terror en el ejército del Gobierno en ese entonces dirigido malamente por Gabriel García Moreno
Regresa a Panamá. Trabaja fuertemente y al cabo de tres años es un próspero comerciante, un honrado hombre de negocios que no deja ni un instante de sentirse patriota.
En1871 adquiere el armamento que desembarca en Manta.
Una conjura toma cuerpo en Quito. El 6 de Agosto de 1875, es atacado y muere García Moreno; sin embargo, ese hecho está lejos de la revolución esperada. Los autores son perseguidos. El terror se recrudece. 
En pocos meses se dan las elecciones. Los Liberales apoyan a Antonio Borrero para la Presidencia y éste como ganador no enfrenta la reforma constitucional.
Alfaro decide penetrar en el territorio patrio para incorporarse directamente a la contienda. Arriba a Guayaquil desde Panamá
Se hace sentir, inspira confianza, moviliza a combatientes, une ideas y acumula armas para la guerra. Dirige la junta revolucionaria en Guayaquil el 2 de Mayo de 1876. La imposible esperanza de solución pacífica lo obliga a la violencia revolucionaria. Antonio Borrero traiciona al partido que lo llevó al poder.
El comandante militar del Guayas, Ignacio de Veintimilla se acerca a los conspiradores comunicando que si lo aceptan para sustituir a Borrero se les uniría, pero si se niegan los acorralará.
El 8 de Septiembre de 1876: La Guarnición, el consejo municipal y el pueblo de Guayaquil exoneran a Borrero y proclaman jefe supremo y capitán general de los ejércitos de la República a Ignacio de Veintimilla pero éste hombre no duró mucho tiempo en demostrar que se habían equivocado con él comportándose igual o peor que sus antecesores.
Ignacio de Veintimilla marcha al frente de numerosas tropas por los caminos del Norte. Urbina, por la banda del Sur. Las dos columnas se enfrentan con fuerzas adictas a Borrero y las vencen. Urbina triunfa en Galte, donde Alfaro lo cuida, anima y pelea como el más brillante soldado. Luego de regreso a Guayaquil Urbina golpea a Alfaro con su traición.
Tantas traiciones no mermaron su capacidad de lucha. Supo imponerse a los traidores, a los no patriotas, a los ingratos para situarse entre los hombres más elevados del continente Americano de todos los tiempos.
Los revolucionarios de Guayaquil le informan de los planes de Urbina, pero son descubiertos, un espía comunica su paradero, le apresan y encierran en el cuartel de artillería.
Se le somete a causa criminal. Por la arbitrariedad arrastra grilletes. Juan Montalvo enterado de la humillación a la que es sometido, decide asumir la defensa del injustamente encarcelado.
Los tres Gobiernos seccionales que había en el Ecuador en Septiembre de 1883 convocan a elecciones de Diputados a la convención Nacional.
En Quito los conservadores eran mayoría. De forma opresiva dominan el seno de la convención y traicionan al ignorar las conferencias de Guayaquil, en las que se acordó que el Presidente de la república fuese electo por sufragio Universal, en elecciones de primer grado.
La convención nombra a José María Placido Caamaño como Jefe del Estado, lo que provoca la ira de los Liberales y la frustración de la Nación.
Frente a tantas mezquindades, la República de Colombia acuerda lo siguiente: “La cámara de diputados, que celebra la caída de Veintimilla, aplaude la victoria de las fuerzas de Alfaro y felicita a éste por los progresos a la causa que representa”.
La Presidencia de Caamaño no deja margen a la esperanza de rectificaciones.
El contrabando, el peculado, la persecución contra los hombres de ideas liberales y la resistencia a todo lo que se pareciera a progreso.
En Septiembre de 1884, en Panamá, Alfaro empieza a sentir apoyo a su causa cuando Luis Vargas Torres desembarca con una crecida cantidad de dinero. En su mente navega el levantamiento general.
Adquiere el vapor Alajuela y lo rebautizan con el nombre “Glorioso Pichincha”
El 15 de noviembre ya en territorio ecuatoriano en Montecristi nombran una junta revolucionaria que califica como usurpador a Caamaño y proclaman como Jefe supremo a Eloy Alfaro. El enfrentamiento marítimo sucede en la bahía de Tumaco. Se enfrentan el Pichincha revolucionario y el buque Nueve de Julio del tirano, produciéndose la huída de la nave del Gobierno. El arte de dirigir la operación unido al coraje de Alfaro se hace sentir.
Los traidores de todas las épocas pueden calificar esta primera acción marítima, de intrascendente, al permanecer la situación igual; pero no se dan cuenta que posee una importancia moral, demostrada en la capacidad de mando de Alfaro.
El Pichincha arriba a Esmeraldas y después a Manabí. Se prepara la rendición de la ciudad de Portoviejo. En aquella ciudad le faltó la incorporación de guerrilleros veteranos y por lo tanto fracasaron y no se pudo alcanzar el objetivo final.
El Gobierno organiza una flotilla de cinco buques para enfrentar al Pichincha. Se disponen a combatir en Jaramijó. La lucha en el mar se produce muy desigual. La noche del 5 de Diciembre de 1884 fue de carácter trágico. Después de cuatro horas de duro combatir, Alfaro sabe que está perdido su única arma es el heroísmo. Antes de caer en poder de la flotilla que dirige Reinaldo Flores deter5mina volar el Pichincha. Y cumple su propósito 
“Los mato a todos si no desembarcan en orden” dijo a sus hombres y logra escapar casi de milagro ordenando a uno de sus oficiales reorganizar la maltrecha tropa.
La noticia de la organización de la escuadrilla de barcos para enfrentar al Pichincha, levanta entusiasmo en los pueblos de Esmeraldas, Manabí y Guayaquil que a su vez entregan hombres para que continúe la guerra. Estos hechos le confieren la categoría de general de brigada. El gobierno se considera dueño del Ecuador, pero no puede privar a Eloy Alfaro del honor de ser el héroe de Jaramijó.

Eloy Alfaro: El más internacionalista de los ecuatorianos

La imposibilidad de continuar la lucha en territorio nacional lo obliga a trasladarse a Colombia con rumbo a Panamá. Su lucha trasciende las fronteras de la patria.
1º.- Colombia le expresa sus valores. Consideran que su vida y obra son patrimonios de Latinoamérica.

2º.- Profundiza las relaciones con combatientes de otros países, en 1885, demuestra su internacionalismo: Las tropas Angloamericanas desembarcan en los puertos de Colón y Panamá, a solicitud de la representación de Colombia en Washington, con el propósito de detener una agitación política. Su idea de resistir no prospera y su disposición de ayudar al Panamá agredido, le trae tan difícil situación que tiene que abandonar el país.

3º.-Se traslada a Guatemala. Su disposición le franquea consideraciones y afectos. Muestras de solidaridad hacia el combatiente evitan en ese país, que sea baleado por un asesino pagado por quienes, desde Quito, se acobardaban ante sus reacciones revolucionarias. El criminal es sometido a juicio y Alfaro lo perdona.

4º.-Pasa a el Salvador. Lo rodean aprecios públicos y personales. El Presidente de la República reclama su amistad.

5º.-Se traslada hasta el Perú, siendo acompañado por el intelectual y amigo Roberto Andrade y por el Italiano José Ronca, antiguo combatiente de Garibaldi. En Lima son espiados sus pasos por agentes ecuatorianos. Luis Vargas Torres, patriota esmeraldeño, entrega todo su dinero a la causa de la revolución y logra penetrar con una expedición por la provincia de Loja. Son victimas de la traición y Vargas Torres cae prisionero y fusilado en Marzo de 1887. 

6º Luego de este golpe, recibe otro, su hermano Marcos, enviado por él a Guatemala en busca de un barco, es asesinado en aquel país por criminales pagados desde Quito.

7º.- Pasa por Chile pero no se queda por mucho tiempo, En la Argentina siente el mismo deseo de otros grandes luchadores que transitaron el camino en busca de consolidaciones ideológicas. En Buenos Aires contacta con Bartolomé Mitre.

8.- Un barco lo traslada a Uruguay y Brasil. Los brasileños saben de su vida.

9.- Prosigue el viaje hacia Venezuela. Allí es admirado por. Joaquín Crespo elogia al héroe. Sus luchas le deparan la condición de Libertador. Por encargo de Crespo, se le hace entrega de una gran cantidad de dinero, lo que es comprendido por Alfaro como una contribución de Venezuela para acelerar la lucha ecuatoriana.

10.-Se encamina hacia Nueva York, es recibido por muchos ecuatorianos radicados en la gran manzana.

11.- En Méjico se encuentra con hombres comprensivos que lo apoyan con ideas vivificadoras.

12.- Arriba de nuevo a centro América donde la paz es perturbada por el conflicto entre Salvador, Guatemala y Honduras. Es amigo de los tres Presidentes y por su mediación logra imponer la paz. En Septiembre de 1890 se declara que su gestión pacificadora ha sido notable y eficaz.

Guayaquil se alzó en armas y convocó al General Alfaro el 5 de Junio de 1895. Gobernó de 1895 a 1901 y también entre 1906 a 1911.
Fue el gran arquitecto de la constitución que modernizó al Ecuador en los derechos civiles. Fue el gran triunfador del estado libre de opresión religiosa. 

Eloy Alfaro trabajó siempre para reordenar la República, Pero la pacificación no fue total. Dentro del clero se luchaba por mantener la sucia guerra contra la paz.

Desde Colombia se llama a los ecuatorianos enemigos del proceso revolucionario, al derramamiento de sangre. Estas armas eran utilizadas por el la iglesia. El clero lo tilda a Alfaro como “Satanás”.

Luchó y venció en una tierra esclavizada, encadenada a una tradición religiosa que ocultaba al resto del mundo, que trataba de superarse.

En esos oscuros tiempos Alfaro gobernó al Ecuador.

Concluye el ferrocarril para unir a los aislados pueblos de la sierra
Enfrentó problemas ancestrales combatiendo el irrespeto a los indios, mejorando el nivel de vida y garantizando sus derechos.

Creó la educación pública.

Intensificó el desarrollo vial.

Abrió las puertas del gobierno a las llamadas clase media

Creó en 1901 el Instituto para maestros normalistas que actuarían en las escuelas primarias.

Atacó con todas sus armas ideológicas la esclavitud laboral de la mujer, y la venció, abrió las puertas de los talleres y oficinas del estado a la mujer trabajadora.

Creó el primer colegio militar.

El instituto nacional Mejía lo reconoce como su gran fundador.

Terminó su mandato en 1911 por pugnas entre liberales y conservadores.
En Enero de 1912, en Guayaquil, junto a compañeros combatientes, fue apresado, el gobierno ordenó trasladarlo a Quito, donde el pueblo estaba exaltado. El 28 de enero los encerraron en la celda junto a otros patriotas.

El clero lograba su propósito, y al grito de ¡Viva la religión! ¡Mueran los masones!
Se celebró el satánico sacrificio. Se escribió para la historia que el cochero del “gobierno” golpeó a Alfaro y luego lo mató de un disparo en la frente. El General revolucionario Ulpiano Páez que había logrado ocultar una pistola, quiso vengar a su Jefe y mató a un soldado. Se defendió hasta su último suspiro.

Flavio Alfaro, hermano del héroe también luchó como pudo agarrándose de la baranda de hierro; pero le punzaron los dedos con puñaladas y lo lanzaron de lo alto al pavimento.

Al periodista Luciano Coral (para que no hable más) lo amarraron y le cortaron la lengua, los desnudaron a todos, les robaron, y los arrastraron con sogas por las calles al grito de ¡Viva la religión! Y fueron quemados en una pira en la plaza de Ejido, por una plebe nunca representada por el pueblo.
Allí como caníbales bailaron y se lanzaban unos a otros los miembros despedazados de sus victimas.

El Clero, y los miserables como Carlos Fraile Zaldumbide, encargado del poder Ejecutivo y la ambición electoral de Leonidas Plaza, entonces Jefe del ejército fueron los actores principales que fraguaron la horrenda masacre.

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