lunes, 20 de octubre de 2008

Prefiero ser futbolista

El baile de los fichajes
George Perdomo/ Escritor

Hay que reconocer que el fútbol es el deporte que despierta más pasiones, el más vibrante, el más emocionante y espectacular que existe, puedo asegurar que la vida en este planeta sería muy diferente si no existiera el fútbol.
En el transcurso de tiempo que dura un encuentro de fútbol, se vive intensamente cada minuto, las jugadas trenzadas a base de toques y desmarques son celebradas por los incondicionales del club, así como el esfuerzo y voluntad de ir por todas.
Cuando se produce el gol, obra un efecto mágico en nuestro interior, exteriorizando en una explosión de júbilo en la cual se descarga gran cantidad de adrenalina.
Cuando se termina la temporada futbolística, cuando ha bajado el telón de las competiciones, cuando los jugadores se encuentran de vacaciones, nadie piense que los aficionados van a tener un tiempo de respiro, ya que cada año, una vez que se da por concluida la campaña empieza otro periodo atractivo e interesante: el mercado de fichajes.

En el argot futbolístico se entiende por fichaje a la habilidad de convencimiento para negociar, o la capacidad que tienen los clubes de disponer de medios económicos para adquirir los servicios de determinado jugador mediante la firma de un contrato o convenio.
Sabemos que la confianza es algo muy difícil de obtener, pero muy fácil de perder, en el mundo del fútbol conseguir la confianza del aficionado y sobre todo mantenerla puede suponer uno de los principales activos de un club.
La confianza para un futbolista demanda trabajo, esfuerzo, compañerismo, actitud y sobre todo sacrificio por el bien del equipo, si no existen estos condicionantes, la confianza que los socios, técnicos y aficionados depositaron en el jugador se esfuma de una manera inmisericorde.
Cada verano vemos como los equipos de menor potencial económico suelen ofrecernos ejemplos palpables de lo sencillo que resulta perder la confianza depositada en jugadores, ésta confianza es lograda a través de grandes esfuerzos a lo largo de la temporada.
El dichoso baile de fichajes se inicia habitualmente con cantos de sirenas, promesas de los presidentes, estrellas futbolísticas y golpes de efecto.
Los equipos con mayor potencial económico adquieren generalmente los jugadores deseados, desmembrando de los clubes menos pudientes, que a su vez con el dinero adquirido con la venta del jugador se lanzan a la caza y captura de jugadores de otros clubes, esperan los descartes de los llamados grandes, para que les cedan jugadores, en los cuales confían que pueda ofrecer al equipo cierto salto de calidad, contratan jugadores extranjeros poco conocidos o recurren a su “semillero”.

La verdad es que se refuerzan unos y otros con mayor o menor potencial económico tratando de alimentar la ilusión de los aficionados.
Cada vez que se acerca el final de una temporada los secretarios técnicos y entrenadores comienzan a planificar la siguiente campaña.
No hay descanso posible, hay que mejorar lo conseguido el año anterior, hay que volver a repetir título, hay que ilusionar a la hinchada con caras nuevas que den más equilibrio a la plantilla, o hay que buscar el jugador mediático que sea la referencia del equipo, al futbolista que llene la vista de los fanáticos con sus florituras, también aquel que sea capaz de llevar más gente a los estadios, al desequilibrante que marque la diferencia y por su concurso se vendan más camisetas.
Con el baile de jugadores y rumoro logia se logra distraer a los aficionados en la larga espera del regreso a los torneos.
En este periodo es cuando más dinero se mueve, se habla de cifras que realmente son increíbles que nos parece imposible que se pueda pagar tanto dinero por un futbolista, como es el caso del Real Madrid, que llegó a ofrecer noventa millones de Euros al Manchester por fichar a Cristiano Ronaldo.
Esta temporada de fichajes, es aprovechada por representantes de algunos jugadores para forzar la renovación de su representado con la consabida mejora de contrato con su club, amenazan que cuentan con ofertas de varios clubes y generalmente los dirigentes suelen morder el anzuelo en beneficio del futbolista.
Lo cierto es que en este desigual mercado de fichajes los equipos pequeños pierden jugadores claves para el buen funcionamiento, como son los casos por poner un ejemplo de:
Mallorca que éste año ha vendido a varios jugadores claves como son: Jonás Gutiérrez, el Caño Ibagaza, Fernando Navarro, Dani Guiza.
El Sevilla ha perdido a Dani Alves, Poulsen, Seydou Keita.
Pero se puede decir que estos equipos están acostumbrados a que esto suceda, e incluso algunos se convierten en equipos vendedores, pero sus secretarios de deportes tienen la habilidad de encontrar buenos recambios para el hueco que deja el jugador que abandona la “nave”, suelen comprar barato y vender caro, parece que al desprenderse de aquellos magníficos jugadores que brillaron con nitidez, el equipo se resentirá y no podrá volver a desplegar el espectáculo que antes brindara, lo cierto es que no sucede así, los nuevos jugadores de estos clubes pronto se familiarizan entre sí, sus técnicos logran acoplarlos, infundiéndoles trabajo, tesón y entrega durante la contienda y como por arte de magia, vuelven a funcionar y así como el ave fénix, resurgen de sus cenizas mostrando renovados bríos para satisfacción de sus incondicionales.
El Barça, el club azul- grana comanda con claridad el ranking de inversiones en fichajes, con ochenta y nueve millones de Euros, invertidos en seis jugadores: Dani Alves y Seydou Keita provenientes del Sevilla, Gerard Piquet del Manchester, Martín Cáceres del Villa real, Alexander Hleb del Olimpique de Lyón, Henrique Adriano Bus que proviene del Palmeiras brasileño e inmediatamente ha sido cedido al Bayer Leverkusen para que obtenga minutos de juego y se pueda acoplar al fútbol europeo
El Olimpique de Lyón ha invertido cincuenta y ocho millones.
El Totteham lleva también gastados cincuenta y ocho millones de Euros.
El Real Madrid, que finalmente se quedará sin su ansiado Cristiano Ronaldo por el que llegó a ofrecer 90 millones, ha pagado trece millones por Rafael Van der Vaart, diez millones por Garay, jugador que lo deja cedido por un año con su anterior club, y está próximo a fichar al joven delantero Klas- Jan Huntelar a cambio de 25 millones de Euros

Además el Barça cuenta con el traspaso más caro: Dani Alves 29.5 millones, por detrás figura Joao Alves, “Jo” un joven delantero brasileño de 21 anos fichado por el Manchester City por 24.5 millones, Robbie Keane ha dejado el Totteham por recalar en el Liverpool a cambio de 24 millones, Deco deja el Barça para recalar en el Chelsea por 10 millones, Ronaldiño traspasado al Milán a cambio de 25 millones, esto por poner unos simples ejemplos de lo que sucede en el mundo fascinante del fútbol, por que como hemos dicho este baile e intercambios de cromos se produce en todos los clubes.

Ahora bien cuando arranca la Liga y los técnicos han confeccionados sus respectivos equipos, los jugadores que no se han ganado su confianza por una u otra razón, para ellos hay una segunda oportunidad, los jugadores ya de ante mano tienen la mirada puesta en otros equipos donde pueden tener minutos de juego
Con menos de cinco encuentros acumulados en la temporada, son susceptibles a cambiar de equipo en el mercado de invierno que se abre en Diciembre.
Durante un mes los clubes tienen la oportunidad de reforzarse y los jugadores de encontrar una solución a su escasa participación en los meses recorridos de competición.
Los únicos requisitos para poder cambiar de club son los de no haber superado la cifra de cinco encuentros oficiales entre Liga y Copa del Rey.
Opción que se extiende al extranjero, pero esta normativa desaparece, en este caso sólo afectará a los futbolistas que hayan participado en competiciones europeas.
Si el futbolista ha debutado en un torneo continental con su equipo de procedencia, no podrá jugar con el de destino en Liga de Campeones o Copa de la UEFA.
El llamado mercado de invierno se convierte en una nueva oportunidad para clubes y jugadores de poder enderezar la temporada.
Lo que hay que reconocer es que las cifras de dinero de que se habla en el mundo del fútbol es realmente mareante, peor aún en la actual situación de crisis que atravesamos, tal vez por esta misma razón, he escuchado en varias ocasiones a los niños, cuando el padre los ha obliga a hacer los deberes de la escuela, añadiendo que deben estudiar para ser alguien útil en la vida, que ésta vida no es fácil y que hay que trabajar duro para poder llevar el pan a casa.
Varios niños se enfrentan directamente con el padre, mirándoles a los ojos les dicen claramente con fuerza.
¡Papá prefiero ser futbolista!

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