lunes, 8 de diciembre de 2008

ORIGEN DEL PUEBLO DE MUISNE

Para hablar del origen del pueblo de Muisne debemos remontarnos al año de 1553, en ésta fecha zarpó desde Panamá en el mes de octubre un buque mercante que transportaba entre otras cosas a diecisiete hombres y seis mujeres, esclavos de origen africano de propiedad del sevillano Alonso de Illescas.
Después de varios días de navegación lograron entrar en lo que hoy es la Provincia de Esmeraldas y doblar el Cabo de San Francisco, adentrándose en una caleta conocida como Portete.
Aprovechando el tiempo de calma del mar, dejaron el barco anclado en la ensenada con el fin de proveerse de alimentos y agua dulce, mientras estaban en tierra el viento levantó una marejada estrellando el buque contra los arrecifes, el barco quedó totalmente destrozado, acontecimiento que aprovecharon los esclavos para darse a la fuga entre la enmarañada selva, los negros fugitivos habían sido capturados en Guinea ecuatorial, territorio muy parecido a las zonas costeras del entorno y por lo tanto estaban como en su hábitat natural.
Estos territorios eran gobernados por dos tribus indígenas: Niguas y Campaces.
LOS NIGUAS.- de carácter pacífico ocupaban desde San Mateo el Cabo de San Francisco, Muisne y Portete por la costa.
LOS CAMPACES.- De carácter belicosos dominaban la cordillera costera desde San Francisco hasta Bahía de Caráquez.
Los esclavos fugados fueron liderados rápidamente por Antón, negro fornido y audaz, tornándose debido a las circunstancias en agresivo y cruel.
Los indígenas Niguas asustados por el color de sus invasores(nunca habían visto a un negro) huyeron abandonando sus ranchos, mujeres e hijos, luego regresaron, aunque aterrados, y sabiendo sus limitaciones guerreras pactaron con Antón ofreciendo sus mujeres y servicios a cambio de salvar sus vidas.
Antón lideró a los suyos y Niguas en una batalla contra los Campaces, pero éstos presentaron fuerte resistencias llegando a matar a seis negros y varios niguas.
Los niguas aprovechando la derrota de los esclavos negros quisieron liberarse, pero recibieron tan cruel castigo que quedó como ejemplo de terror en toda la comarca, poco tiempo después muere Antón y fue reemplazado por su primo, que tomó el nombre y apellido de su antiguo dueño español y se hizo llamar Alonso Illescas, el mismo que resultó más cruel que Antón extendiendo su fama de cruel y sanguinario a lo largo y ancho de toda la región.
Illescas ofreció una fiesta e invitó al jefe Chilindauli para sellar el pacto de amistad, cuando el confiado Chilindauli y sus hombres se encontraban embriagados por el alcohol fueron cruelmente asesinados por los hombres de Illescas, proclamándose como jefe absoluto de la comarca.
Debo destacar que la isla de Muisne durante todos estos acontecimientos no fue ocupada por los negros, ya que apenas era utilizada por un reducido grupo de indígenas que penetraban en ella para realizar pequeñas cacerías.
Cuentan los antiguos que la isla fue habitada por familias de tez clara -( mestizos y cholos) venidos del norte de Manabí y por sobrevivientes de una pequeña isla Colombiana llamada Amarales que fue engullida por el mar.
En el año de 1.850 existían en la isla de Muisne familias de los siguientes apellidos:
Benavides, Obando, Rojas, Colorado, Delgado, Estupiñán, Guagua, Góngora, Martinez , Márquez, Perdomo, Reina y Velasco .
Según testimonio del capitán Teodomiro Estupiñán Caicedo, hombre nacido en la isla de Muisne, que llegó a cumplir ciento dieciocho años de vida y falleció al rededor del año 1993, decía que los Muisneños tenían cierta rechazo hacia los hombres de raza negra, cuando un negro llegaba a la isla era bien recibido durante todo el día facilitándole la labor de todo cuanto requería, con el fin de que se marchara lo más pronto posible, si por un caso el negro pernoctaba en el pueblo, el lugar donde dormía era apedreado por los jóvenes.
Esta actitud la tomaban por que no querían que sus razas se mezclen.
En años más recientes en la isla de Muisne aparecieron otros apellidos como fruto de la unión de las bellas muisneñas con señores venidos de todas partes con fines comerciales, docentes, turísticos, aventureros o familias noveles (en construccion) que se afincaron en la isla, atraídos por el esplendor bananero de aquellos tiempos, o por la fertilidad de sus tierras, por el verdor de sus pastizales apto para la cría de ganado, o simplemente por la belleza de sus paisajes naturales, sus extensas playas y su climatología benigna, ayudando con la inmigración al enriquecimiento de la cultura, hábitos y folclor, de los muisneños, éstas familias en su mayoría las forman los siguientes apellidos:
Arias, Arroba, Arcentales, Jama, Chere, Cheme, Cedeño, Cevallos, Bone, Bogniza, Cagua, Camacho, Hernandez, Robalino, Rojas, Patrón, Santana, Del Pozo, Caicedo, Durán, Chila, Parrales, Diaz, Ortíz, Estrada, Castillo, Ronquillo , Centeno, Corella, Quiñónez, Quintero, Intriago, Gracia, Trujillo, Jaramillo, Patiño, Pinargote, Zambrano, Mera, Moreira, Murillo, Ramos, Bermudez, Tello, Loor, Celleri, Ramírez, Trejo, Olave, Castañeda, Vega, entre otros.
Un gran número de familias se asentaron en territorio Muisneño al rededor de los años 80 atraídos por el auge del cultivo del camarón poblando la orilla continental.
Todas estas familias (antiguas o recientes) que residen en la isla tienen como denominador común el fuerte apego a ese pequeño territorio, que tiene como extensión 14 Kilómetros de largo, desde la desembocadura del río Muisne hasta las "bocana de las Manchas" y Un Kilómetro y medio de ancho, tomando como punto de partida la cuenca del río hasta el Océano. La belleza paisajística de la isla es inigualable, con hermosas caletas, abanicadas con las verdes palmeras que bordean las playas .

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